Debo
reconocer que hubo otra que rompió las cadenas antes que el resto de
los compañeros, Carla, que también me ha ayudado mucho en esta
vida.
Llevo
mucho tiempo sin saber de ambas ( ni de Carla ni de Kiona) La primera
la vi hace unos días en una feria del pueblo, pero solo hablamos un
momento corto. Y de Kiona me parece que no se nada desde la primaria.
Un
sueño que tengo es juntarme con ellas otra vez para ver cuánto
hemos cambiado físicamente, pero creo que en nuestro interior,
todavía guardamos esas niñas que eramos cuando por ejemplo cogíamos
unas piedras cualquieras del suelo, les poníamos nombre y un poder
mágico. Esas piedras nos unían tanto que todavía ahora, después
de pasar catorce años de mi vida recuerdo esos días como si fueran
ayer. La verdad es que desearía que mi vida volviera a ser como
cuando tenía cuatro años. Pero todavía me queda el recuerdo de
unas niñas que aún siendo mujeres ahora puedo contar con ellas. Yo
he roto otra ley de mi vida que es la siguiente:
Ley
número 5: QUE NINGÚN HUMANO SEPARE LO QUE LA NATURALEZA UNIÓ
Gracias
Carla.